Comentábamos no hace mucho en este mismo blog el “esfuerzo” que, en su
conjunto, la sociedad alemana de entreguerras dedicó a hacerse nazi. Ese
descenso a los infiernos fue, sin embargo, criticado y combatido por algunos
ciudadanos, tan escasos como heroicos. A uno de tales héroes, el general alemán Kurt von Hammerstein-Equord,
o, en puridad, a él, a su familia y a otras personas cercanas que, como ellos,
nunca aceptaron la iniquidad del totalitarismo, dedica el polifacético autor
alemán Hans Magnus Enzensberger, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2002, este libro
peculiar.
La aguda inteligencia y la
honestidad del díscolo barón Hammerstein, nos cuenta Enzensberger, unidas a la influencia
que sobre su ánimo ejercía su extracción aristocrática, le condujeron a
despreciar al “charlatán de cervecería” que subyugó a Alemania durante
doce años y a predecir las negras consecuencias de su megalomanía.
Aunque Hammerstein,
“un hombre gloriosamente vago que no conocía compromisos”, no militó
activamente en la resistencia de la minoría alemana frente al nazismo, su evidente
oposición al régimen le costó su carrera militar (estuvo al mando del ejército entre
1930 y 1933), las prebendas de su privilegiada posición y la tranquilidad de su
casa. La notoriedad de su figura digna e insumisa, aunque pasiva, incluso inspiró
actos valerosos (e inútiles), como el intento de asesinato de Hitler perpetrado
el 20 de julio de 1945 (dos años después de la muerte, por causas naturales, de
Hammerstein).
La vida difícil del general, su esposa y sus siete hijos, tan
heterodoxos y opuestos a la tiranía como sus padres, sirve de subterfugio
temático a Enzensberger para
desgranarnos multitud de detalles sobre los entresijos de la República de
Weimar, el contexto opresivo de la Alemania nazi y la postguerra, a través de
los actos de un sinfín de personajes históricos, más o menos conocidos.
Es este un libro muy curioso, escrito con una gran libertad de estilo,
que se parece mucho más a un ensayo ilustrado con fotografías de época que a
una novela (el autor, incluso, explica en un posfacio por qué la obra es lo
primero y no lo segundo). Sin embargo, contiene numerosas licencias literarias,
como la “transcripción” de “conversaciones póstumas” entre Enzensberger y varios de los
protagonistas, que cuentan sus motivaciones y sentimientos y discuten con el
autor sobre su trabajo de investigación previo a la redacción de su obra.
El curso de la narración no es en modo alguno lineal, sino que divaga
entre referencias a hechos históricos (como las excelentes relaciones entre
Alemania y Rusia durante la década de 1920), anécdotas desordenadas de la vida
íntima de los hijos del barón,
meticulosas (y a veces áridas) citas de documentos escritos y detalles
sobre las intrigas de los espías y contraespías alemanes y rusos.
El resultado es una suerte de caótico caleidoscopio del que se sirve el
perspicaz Enzensberger para revelarnos una visión diferente de
un periodo esencial de la Historia de Alemania y de Europa, sin duda menos clara
y simplista que la “oficial” (la propia figura de Hammerstein
arroja luces y sombras), pero desde luego mucho más próxima a la complejidad de
los hechos.
Hammerstein o el tesón
Hans Magnus Enzensberger
Editorial Anagrama
19,50 €
384 páginas
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