Dos ideas
acompañan al lector durante y después de la lectura de El héroe discreto. Por
una parte, la necesidad que existe en estos tiempos tan grises de encontrar
gente corriente que consiga brillar gracias a pequeños actos de heroicidad; por
otra, la riqueza de nuestro idioma, con una base común que une a cientos de
millones de personas a ambos lados del Atlántico, y términos, expresiones o
modismos que se imponen en algunos países y se desconocen en el resto.
Pese a la
singularidad del título, El héroe discreto cuenta la historia paralela de dos
personajes: Felícito Yanaqué, un pequeño empresario dueño de Transportes
Narihualá, en Piura, que es extorsionado por la mafia; e Ismael Carrera, un
exitoso hombre de negocios, propietario de una aseguradora en Lima, que urde
una venganza contra sus dos hijos holgazanes deseosos de verle muerto para
heredar. Ambos son, a su modo, discretos rebeldes que intentan vivir según sus
ideales y deseos. Pero no son los únicos. Mario Vargas Llosa ha pasado del
"¿En qué momento se había jodido el Perú?", de Conversación en la
Catedral, a reflejar en su último texto un país más moderno y próspero, en el
que se vislumbran, frente a hienas y chantajistas, algunos héroes cotidianos,
comunes y corrientes, que no se dejan pisotear por nadie.
Otra peculiaridad
en cuanto a los personajes es que aparecen viejos conocidos del mundo literario
del escritor, como el sargento Lituma o don Rigoberto, doña Lucrecia y
Fonchito. Preguntado sobre las razones de volver a incorporarlos en su obra,
Vargas Llosa ha contado, con el buen humor que le caracteriza, que hay
personajes que no desaparecen. “Desaparecen las historias, pero ellos se quedan
allí, un poco en la memoria y al empezar otra comparecen como ofreciéndose,
como diciendo: 'yo no fui suficientemente aprovechado en esa historia. Aquí
estoy. Corrige tu error. Aprovéchame de nuevo. Saca todas las posibilidades que
hay en mí (…)”.
De hecho, al
principio iba a ser una sola historia, la del empresario extorsionado, pero, al
empezar a trabajar en ella, le surgió la idea de enriquecerla, complementarla
con una especie de contraste anecdótico entre dos personajes, dos familias, dos
mundos, dos ciudades, dos sectores sociales… Y así es como aparecen don
Rigoberto, doña Lucrecia y el hijo de él, Fonchito, una familia que ya ha
protagonizado otras de sus historias. No es de extrañar, pues, el epígrafe que
Vargas Llosa ha escogido de El hilo de la fábula, de Borges:
"Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo".
Y, aunque la puntada final llega, uno tiene la sensación de que el autor podría
seguir relatando y cosiendo durante infinidad de páginas.
Aunque no es la
obra por la que pasará a la posteridad, ni la que más recomendarán sus
incondicionales, sí es una buena muestra del gran poder narrativo de Vargas
Llosa. En este sentido, hay que volver a subrayar la riqueza de un vocabulario
que nos traslada hasta Perú (guayabera, colerón, cremolada, cachaco, yanacón, tamalito,
chicherías…); el juego que plantea al lector con esas dos historias paralelas
(la de Yanaqué y la de Carrera/don Rigoberto), que no parece que vayan a converger nunca; y esas dificultosas yuxtaposiciones que nos trasladan de una
conversación a otra, con saltos de tiempo incluido, y que tanto y tan bien
ensayó en Conversación en La Catedral.
Al margen de la
prosa, no faltará quien aprecie el cariño que el escritor muestra por sus
personajes. Los dota de la sabiduría que da la edad, pero también de una
libertad que les cuesta caro y una integridad que mueve todas sus acciones.
“Nunca dejó que nadie lo pisoteara. Era, según él, lo que hacía que un hombre
valiera algo o fuera un trapo. Ése había sido el consejo que le dio antes de
morir en una cama sin colchón del Hospital Obrero: Nunca te dejes pisotear,
hijito”. Un consejo que Felícito Yanaqué y muchos de los personajes parecen
seguir.
Hola, buenas. Soy una apasionada de la palabra y por ello, con el fin de integrar la cultura latinoamericana (incluyo Brasil), he creado un blog- ritmodasletras.wordpress.com- donde encontrarás letras de canciones, poemas, cuentos y otros escritos, de escritores o músicos famosos, traducidos al espanol o al portugués. Pregunto: le interesa incluir mi link como páginas de interés? O algún otro tipo de colaboración, a sabiendas que soy brasilena y escritora? Muchas Gracias!
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